LA CANCIÓN DEL PARIA

"... y siempre voy vagando... y si algún día siente, mi espíritu, apagarse la fe que lo alumbró, sabré morir de angustia, más, sin doblar la frente, sabré matar mi alma... pero arrastrarla no" (O. Fernández Ríos)

lunes, 15 de mayo de 2017

REVOLVER

Mi mayor amiga la idealización me trae el recuerdo de hermosas etapas vividas.
Mi mayor enemiga la idealización me sugiere el retorno.

Las etapas vividas se revalorizan y la nostalgia invade libremente todo nuestro ser.

Aquí he vivido, en una naturalmente hermosa isla de sierra, llano y el mar. Un mar insinuante, sugerente, atrapante. El mar está en cada imagen de un momento feliz. Esconde en su belleza la tumba de miles que se atreven a cruzarlo a bordo de transparentes lágrimas de color. La marea sube a base de llanto.

Uno a veces se cansa de eso que llaman integración. Uno, tercermundista por definición original, sudaca sin recelos, que tiene que andar explicando sus cosas, siempre sale adelante en el desafío de cada mañana mediterránea. Y así lo hace porque es el único camino, porque está solo y porque la derrota se siente en la espalda.

Es más difícil retornar que emigrar. Todo cambió en realidad, lo nuestro es idealización.

Uno sonríe en cada imagen pública mediterránea y uno atrae silenciosamente la nostalgia hecha una canción que habla del sur.

Uno sabe que hizo las cosas bien. Uno pudo desarrollarse en familia, digna, seguramente. Feliz junto al mar.
Uno tiene grabadas en su mente las lágrimas de un abuelo cuando vio marchar a sus nietos felices. Uno ha hecho las cosas mal.

Nuestro futuro está hecho de recuerdos. Amigos y familia nueva acompañan. Uno a veces está solo igual.

Mi mayor enemiga la idealización me trae el recuerdo de hermosas etapas vividas.
Mi mayor amiga la idealización me sugiere el retorno.

A partir que emigras extrañarás siempre. Y si retornas también extrañarás.
De extrañar estamos hechos los orientales del Uruguay. De recordar. De volver a pasar por el corazón. 

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