LA CANCIÓN DEL PARIA

"... y siempre voy vagando... y si algún día siente, mi espíritu, apagarse la fe que lo alumbró, sabré morir de angustia, más, sin doblar la frente, sabré matar mi alma... pero arrastrarla no" (O. Fernández Ríos)

sábado, 22 de mayo de 2010

"U-RU-GUAYO"

En Argentina era muy común escuchar el grito de "u-ru-guayo" cuando un jugador de fútbol tenía muy buena actuación. El premio que caía desde la tribuna recordando la nacionalidad de una persona resulta emotiva y contagiosa para todos aquellos connacionales.
Ahora también en España se suele escuchar el mismo grito, como manera de agradecimiento a quien ha marcado goles importantes.
¿A qué otras nacionalidades se les recuerda de esta manera en un campo de fútbol? ¿A qué otros jugadores se les recuerda su nacionalidad al momento de ser homenajeados por la hinchada?
Esto es fútbol y nada más. A nivel profesional un juego aprovechado por negociantes y por jugadores que aseguran su futuro. No es la identificación con la idiosincracia y manera de ser de un país, pero sí es como una vidriera de nuestra cultura. Sentimos que cuando habla un futbolista también está hablando una cultura.
Tal vez sea un privilegio bastante exclusivo de los orientales recibir este cálido aliento: "u-ru-guayo" y a pesar que podamos no identificarnos con sus equipos o con el fútbol profesional en general, admitimos que detrás de ese grito hay un cariño subyacente por la manera de ser del pueblo oriental, una base de pueblo que es bien aprovechada en este caso por los futbolistas.
Es que todo tiene un porqué.